La actividad pastoral es ancestral en nuestras montañas e ilustra el lento proceso de la domesticación sobre los animales, que salido de un medio salvaje, se ha convertido en una especie de modelo en nuestras sociedades humanas. La vanidad del hombre ha provocado la dominación sobre la naturaleza. La maestria de los artesanos sobre la madera nos ha aportado multitud de objetos para nuestro confort y en consecuencia, llevado a la deforestación de nuestros bosques.

Ariane y René trabajan en el retorno a la naturaleza, a lo salvaje. Estos rebaños de sillas dispersas parecen salvajemente libres. Sin embrago, su pastor no se encuentra demasiado lejos y su función nos recuerda que ésta sirve para satisfacer la necesidad del hombre a sentarse.